- ALGUNOS CUENTO DE CIENCIA FICCIÓN.
EL MUNDO PERDIDO
Abrí los ojos me sentía un poco confundido, un poco mareado, no entendía bien lo que pasaba. Escucho una explosión, el piso se movía baje al sótano y eso es todo lo que recuerdo.
Todo esta en silencio, no escucho autos en la calle, miro por la ventana y solo puedo ver el caos que hay afuera, camino por las calles y solo veo cosas destruidas, las calle rotas, autos tirados, pero todavía no veo a ninguna persona, estoy empezando a sentirme solo, estoy empezando a desesperarme escucho un ruido entre unos escombros y quise ir a ver, teniendo la esperanza de que fuera otra persona. Corrí los escombros y alcance a ver algo solo era un pequeño perro, lo saque de su encierro, lo mire a los ojos y en ese momento entendí que iba a ser mi única compañía.
Seguí caminando con el perro, el cual lo llame Bobby, nos dirigimos a la calle principal de la ciudad, empezaba a caer la noche y las luces de la calle se prendían, decidí volver a casa, necesitaba respuestas para entender lo que pasaba.
Al llegar a casa ribice la comida que tenia para sobrevivir lo que encontré solo alcanzaba para unos días, arme una cama para Bobby y me fui a descansar con ilusión de que al despertar todo volvería a ser como antes y que todo esto solo sea una pesadilla una muy mala pesadilla.
Al día siguiente, salí con mi perro decidido a encontrar otro ser humano, me negaba a creer que yo era el único hombre en la tierra.
Caminamos por varias horas sin encontrar nada, en el camino había recogido algunos alimentos para poder sobrevivir.
Llegamos a casa con Bobby, nos sentamos a descansar y a comer algo. De repente escuche un ruido en la puerta pensé que otra vez estaba alucinando por la ansiedad de ver alguien mas seguí comiendo y esta vez escuche perfectamente como golpeaban mi puerta, Bobby empezó a ladrar me levante y camine hacia ella y mire por la ventana era una luz, abrí la puerta el perro ladraba como loco y no podía creer lo que veía, era enorme algo inexplicable lo que podía llamarse una nave especial y allí estaba ella.
Su forma era curiosamente rara, su vestimenta era única, me miraron a los ojos y solo pude caminar hacia ellos.
Desde ese día me encuentro en este planeta, al menos no estoy solo, quizás sea el único ser humano, y aunque viva en un pequeño calabozo creo y solo creo que me alegra no ser el único.
AUTOR: RODRIGO FUNES.
EL VIAJE DE MARTÍN
Todos los niños esperan con impaciencia la hora de salida de la escuela, más aún cuando se trata del último día de clases. Eso es lo que le sentía Martín, un niño de nueve años, que no paraba de mirar el reloj en la pared hasta que éste, de la hora de salida, las despedidas de los maestros continuaban, unos con gran entusiasmo y nostalgia se despedían de sus alumnos, mientras para otros fue como cualquier otro día, a Martín esto no le distraía, ya que tenía planeadas casi todas sus vacaciones, primero estaba la playa con sus padres, luego donde su tío Memo, al que tanto quería, sobre todo porque le dejaba jugar hasta muy tarde con su primo Marcelo, el cual era mas o menos de su edad. En fin, todo sería juego y diversión en sus vacaciones.
El día de clases terminó, Martín y sus compañeros se despidieron antes de tomar el autobús que lo llevaría de regreso a su casa. Ya en el autobús solo podía pensar en lo grandiosas que serían sus vacaciones. Para Martín y los demás, todo parecía normal en el recorrido, hasta que de pronto el cielo se empezó a oscurecer más y más a cada momento, los niños empezaron a gritar todos con desesperación, el conductor se detuvo hasta entender que es lo que sucedía, cuando de pronto un enorme sonido se escuchó sobre sus cabezas, era una gigantesca nave espacial, posada sobre el autobús. Todos, incluido Martín pensaron de inmediato en los extraterrestres, cosa que no estaba ni siquiera cerca. La nave al final se detuvo en la carretera justo al frente del autobús.
Para ese momento ya la oscuridad se había disipado lentamente, los niños y el conductor salieron lentamente del vehículo a mirar más de cerca el enorme artefacto, tenía la forma de una bandeja más bien redonda, con destellos plateados en sus esquinas, sorpresivamente salió del centro de la nave, una especie de rampa o escalera que llegó al piso de la vía, y una enorme puerta dejo entrar la luz. Empezaron a salir tres personas, eran como nosotros, pero vestían de una manera un tanto extraña, con enormes vestidos de color azul rey y con cuellos blancos que cubrían perfectamente su cuello.
Estos personajes caminaron hasta los niños y conductor que se encontraban al frente, preguntaron cuál de ellos se llamaba Martín, todos de inmediato miraron a Martín con expectante asombro, y Martín que no comprendía nada en ese momento, respondió aún más sorprendido –Soy yo. Los tres individuos se le acercaron y en seguida lo invitan para que los acompañen, todos los presentes incluido Martín, no salían del asombro, por lo tanto Martín accedió a acompañarlos, ya que nadie les había ofrecido resistencia alguna. Subieron los cuatro a la nave y se marcharon enseguida.
Martín se encontraba dentro de la nave, miró a su alrededor y encontró todo muy familiar, como si se tratara de una casa moderna, de esas que uno veía en alguna revista futurista de ciencia ficción o científica. Las personas que lo habían hecho subir a la nave, empezaron a explicar a Martín, que ellos eran personas como él o como cualquier otro que el recordaba, la diferencia, es que ellos venían del futuro, del Dos Mil Quinientos Veinte, para ser más exactos. Ellos también le explicaron, que la única razón para llevarlo con ellos, era la supervivencia de la humanidad, nada menos, ya que el poseía, a pesar de ser muy pequeño, el conocimiento y la creatividad que los de su época ya habían perdido. Estos conocimientos, no eran más que los de cualquier otro niño de nuestra época, los cuales consistían en jugar, en divertirse con cualquier cosa, amar la naturaleza, querer a los demás, apreciar el arte, etc. Todos en ese futuro no tenían ya estas cualidades, Martín les enseñaría nuevamente una manera para volver a ser niños, y enseñar a los suyos como comportarse desde su nacimiento.
El tiempo pasó y Martín se convirtió en el ser humano capaz de salvar a la humanidad, de la manera menos sospechada, lo cual nos resume, que Martín viajo al futuro para que salvemos nuestro presente.
AUTOR: ROMEL VELASCO VAICILLA.
EL NIÑO ROBOT Y EL COMETA FLAMBOYER
Marciel es un niño al que le agradan muchas cosas, además de jugar con sus amigos. Le gustan las películas de vaqueros e indios, de ciencia ficción, historias de piratas, de fantasmas y algún que otro dibujo animado. En su cuarto tenía juguetes como soldados, marcianos, astronautas y autitos, entre otros chiches.
Una noche no pudo dormir, entonces se levantó de la cama, tomó su muñeco favorito el tiranosaurio rex y se sentó en el piso de su pieza decidido a usar su imaginación, que es tan amplia como el océano.
Se imaginó corriendo por un bosque siendo perseguido por varios dinosurios, sabía que debía escapar de esas garras. Mientras trepaba a un árbol pensaba ¿cómo?, y se contestaba, enfrentándolos, pero eran muchos y enormes. Que otra opción tenía si quería salvar su vida. En el momento en que iba arrojarse sobre uno de ellos, algo lo sacó de su juego imaginario... algo que llamó toda su atención, por eso despertó a su perrita Maruska que estaba durmiendo sobre la cama del niño.
De un salto los dos se asomaron por la ventana justo para ver caer una luz muy brillante más allá de la casa. Sin pensarlo salió de su habitación tratando de no hacer ruido para no despertar a nadie. Se dirigó hacia la escalera, bajó por ella rápidamente y fue a la puerta trasera de la cocina que da a un parque enorme, lo cruzó con pasos firmes seguido por su fiel amiga.
Al llegar al lugar donde vio caer la luz su emoción fue tan grande como los latidos de su corazón. Se quedó quieto observando con curiosidad y su sorpresa fue tal que exclamó.
-¡Un robot sobre un cometa!
El androide se había bajado de su nave, pues sabía, que no existía peligro alguno. Se acercó al niño lo miró y después de un momento dijo - Hola soy Daiel 5z7. ¿ Y tú como te llamas?.
Al pequeño no le salían las palabras y haciendo un esfuerzo sobrehumano y sin poder creer que hablaba con un robot respondió.
- Mi nombre el Marciel. ¿ De dónde eres?.
- Vengo del planeta Bactor que se encuentra más allá de la luna y el sol.
-¿ A qué has venido a la tierra?.
-Pertenezco a un grupo comando que recorre los distintos planetas, para asegurar la paz y la vida en ellos.
Pero antes que Daiel 5z7 pudiera seguir con su explicación, el niño quizo saber si la nave en realidad era un cometa.
- En verdad es un ave que parece un cometa, su nombre es Flamboyer que significa, "BRILLO SOLAR", cambia de forma y color según al lugar que vamos.
Entonces él desplegó sus alas y las movió de arriba hacia abajo en señal de saludo.
La fascinación de Marciel era inmensa y estaba seguro que nadie le iba a creer su historia.
-¿Te gustaría venir conmigo?.
Le oyo decir a Daiel 5z7. En su rostro se dibujó una amplia sonrisa y entuisiasmado contestó:
-Por supuesto.
Sin perder tiempo se subió , al "ave cometa", iniciando así los tres o mejor dicho los cuatro, porque Maruska también los acompañaba, un viaje fantástico por lugares increíbles.
Desde entonces y cada vez que el niño no puede dormir, el robot y su ave cometa Flamboyer vienen a su rescate no solo para seguir descubriendo y asegurando la paz de nuevos mundos, sino con la misión de alimentarle su imaginación por siempre.
EL MUNDO PERDIDO
Abrí los ojos me sentía un poco confundido, un poco mareado, no entendía bien lo que pasaba. Escucho una explosión, el piso se movía baje al sótano y eso es todo lo que recuerdo.
Todo esta en silencio, no escucho autos en la calle, miro por la ventana y solo puedo ver el caos que hay afuera, camino por las calles y solo veo cosas destruidas, las calle rotas, autos tirados, pero todavía no veo a ninguna persona, estoy empezando a sentirme solo, estoy empezando a desesperarme escucho un ruido entre unos escombros y quise ir a ver, teniendo la esperanza de que fuera otra persona. Corrí los escombros y alcance a ver algo solo era un pequeño perro, lo saque de su encierro, lo mire a los ojos y en ese momento entendí que iba a ser mi única compañía.
Seguí caminando con el perro, el cual lo llame Bobby, nos dirigimos a la calle principal de la ciudad, empezaba a caer la noche y las luces de la calle se prendían, decidí volver a casa, necesitaba respuestas para entender lo que pasaba.
Al llegar a casa ribice la comida que tenia para sobrevivir lo que encontré solo alcanzaba para unos días, arme una cama para Bobby y me fui a descansar con ilusión de que al despertar todo volvería a ser como antes y que todo esto solo sea una pesadilla una muy mala pesadilla.
Al llegar a casa ribice la comida que tenia para sobrevivir lo que encontré solo alcanzaba para unos días, arme una cama para Bobby y me fui a descansar con ilusión de que al despertar todo volvería a ser como antes y que todo esto solo sea una pesadilla una muy mala pesadilla.
Al día siguiente, salí con mi perro decidido a encontrar otro ser humano, me negaba a creer que yo era el único hombre en la tierra.
Caminamos por varias horas sin encontrar nada, en el camino había recogido algunos alimentos para poder sobrevivir.
Llegamos a casa con Bobby, nos sentamos a descansar y a comer algo. De repente escuche un ruido en la puerta pensé que otra vez estaba alucinando por la ansiedad de ver alguien mas seguí comiendo y esta vez escuche perfectamente como golpeaban mi puerta, Bobby empezó a ladrar me levante y camine hacia ella y mire por la ventana era una luz, abrí la puerta el perro ladraba como loco y no podía creer lo que veía, era enorme algo inexplicable lo que podía llamarse una nave especial y allí estaba ella.
Su forma era curiosamente rara, su vestimenta era única, me miraron a los ojos y solo pude caminar hacia ellos.
Desde ese día me encuentro en este planeta, al menos no estoy solo, quizás sea el único ser humano, y aunque viva en un pequeño calabozo creo y solo creo que me alegra no ser el único.
Llegamos a casa con Bobby, nos sentamos a descansar y a comer algo. De repente escuche un ruido en la puerta pensé que otra vez estaba alucinando por la ansiedad de ver alguien mas seguí comiendo y esta vez escuche perfectamente como golpeaban mi puerta, Bobby empezó a ladrar me levante y camine hacia ella y mire por la ventana era una luz, abrí la puerta el perro ladraba como loco y no podía creer lo que veía, era enorme algo inexplicable lo que podía llamarse una nave especial y allí estaba ella.
Su forma era curiosamente rara, su vestimenta era única, me miraron a los ojos y solo pude caminar hacia ellos.
Desde ese día me encuentro en este planeta, al menos no estoy solo, quizás sea el único ser humano, y aunque viva en un pequeño calabozo creo y solo creo que me alegra no ser el único.
AUTOR: RODRIGO FUNES.
EL VIAJE DE MARTÍN
Todos los niños esperan con impaciencia la hora de salida de la escuela, más aún cuando se trata del último día de clases. Eso es lo que le sentía Martín, un niño de nueve años, que no paraba de mirar el reloj en la pared hasta que éste, de la hora de salida, las despedidas de los maestros continuaban, unos con gran entusiasmo y nostalgia se despedían de sus alumnos, mientras para otros fue como cualquier otro día, a Martín esto no le distraía, ya que tenía planeadas casi todas sus vacaciones, primero estaba la playa con sus padres, luego donde su tío Memo, al que tanto quería, sobre todo porque le dejaba jugar hasta muy tarde con su primo Marcelo, el cual era mas o menos de su edad. En fin, todo sería juego y diversión en sus vacaciones.
El día de clases terminó, Martín y sus compañeros se despidieron antes de tomar el autobús que lo llevaría de regreso a su casa. Ya en el autobús solo podía pensar en lo grandiosas que serían sus vacaciones. Para Martín y los demás, todo parecía normal en el recorrido, hasta que de pronto el cielo se empezó a oscurecer más y más a cada momento, los niños empezaron a gritar todos con desesperación, el conductor se detuvo hasta entender que es lo que sucedía, cuando de pronto un enorme sonido se escuchó sobre sus cabezas, era una gigantesca nave espacial, posada sobre el autobús. Todos, incluido Martín pensaron de inmediato en los extraterrestres, cosa que no estaba ni siquiera cerca. La nave al final se detuvo en la carretera justo al frente del autobús.
Para ese momento ya la oscuridad se había disipado lentamente, los niños y el conductor salieron lentamente del vehículo a mirar más de cerca el enorme artefacto, tenía la forma de una bandeja más bien redonda, con destellos plateados en sus esquinas, sorpresivamente salió del centro de la nave, una especie de rampa o escalera que llegó al piso de la vía, y una enorme puerta dejo entrar la luz. Empezaron a salir tres personas, eran como nosotros, pero vestían de una manera un tanto extraña, con enormes vestidos de color azul rey y con cuellos blancos que cubrían perfectamente su cuello.
Estos personajes caminaron hasta los niños y conductor que se encontraban al frente, preguntaron cuál de ellos se llamaba Martín, todos de inmediato miraron a Martín con expectante asombro, y Martín que no comprendía nada en ese momento, respondió aún más sorprendido –Soy yo. Los tres individuos se le acercaron y en seguida lo invitan para que los acompañen, todos los presentes incluido Martín, no salían del asombro, por lo tanto Martín accedió a acompañarlos, ya que nadie les había ofrecido resistencia alguna. Subieron los cuatro a la nave y se marcharon enseguida.
Para ese momento ya la oscuridad se había disipado lentamente, los niños y el conductor salieron lentamente del vehículo a mirar más de cerca el enorme artefacto, tenía la forma de una bandeja más bien redonda, con destellos plateados en sus esquinas, sorpresivamente salió del centro de la nave, una especie de rampa o escalera que llegó al piso de la vía, y una enorme puerta dejo entrar la luz. Empezaron a salir tres personas, eran como nosotros, pero vestían de una manera un tanto extraña, con enormes vestidos de color azul rey y con cuellos blancos que cubrían perfectamente su cuello.
Estos personajes caminaron hasta los niños y conductor que se encontraban al frente, preguntaron cuál de ellos se llamaba Martín, todos de inmediato miraron a Martín con expectante asombro, y Martín que no comprendía nada en ese momento, respondió aún más sorprendido –Soy yo. Los tres individuos se le acercaron y en seguida lo invitan para que los acompañen, todos los presentes incluido Martín, no salían del asombro, por lo tanto Martín accedió a acompañarlos, ya que nadie les había ofrecido resistencia alguna. Subieron los cuatro a la nave y se marcharon enseguida.
Martín se encontraba dentro de la nave, miró a su alrededor y encontró todo muy familiar, como si se tratara de una casa moderna, de esas que uno veía en alguna revista futurista de ciencia ficción o científica. Las personas que lo habían hecho subir a la nave, empezaron a explicar a Martín, que ellos eran personas como él o como cualquier otro que el recordaba, la diferencia, es que ellos venían del futuro, del Dos Mil Quinientos Veinte, para ser más exactos. Ellos también le explicaron, que la única razón para llevarlo con ellos, era la supervivencia de la humanidad, nada menos, ya que el poseía, a pesar de ser muy pequeño, el conocimiento y la creatividad que los de su época ya habían perdido. Estos conocimientos, no eran más que los de cualquier otro niño de nuestra época, los cuales consistían en jugar, en divertirse con cualquier cosa, amar la naturaleza, querer a los demás, apreciar el arte, etc. Todos en ese futuro no tenían ya estas cualidades, Martín les enseñaría nuevamente una manera para volver a ser niños, y enseñar a los suyos como comportarse desde su nacimiento.
El tiempo pasó y Martín se convirtió en el ser humano capaz de salvar a la humanidad, de la manera menos sospechada, lo cual nos resume, que Martín viajo al futuro para que salvemos nuestro presente.
El tiempo pasó y Martín se convirtió en el ser humano capaz de salvar a la humanidad, de la manera menos sospechada, lo cual nos resume, que Martín viajo al futuro para que salvemos nuestro presente.
AUTOR: ROMEL VELASCO VAICILLA.
EL NIÑO ROBOT Y EL COMETA FLAMBOYER
Marciel es un niño al que le agradan muchas cosas, además de jugar con sus amigos. Le gustan las películas de vaqueros e indios, de ciencia ficción, historias de piratas, de fantasmas y algún que otro dibujo animado. En su cuarto tenía juguetes como soldados, marcianos, astronautas y autitos, entre otros chiches.
Una noche no pudo dormir, entonces se levantó de la cama, tomó su muñeco favorito el tiranosaurio rex y se sentó en el piso de su pieza decidido a usar su imaginación, que es tan amplia como el océano.
Se imaginó corriendo por un bosque siendo perseguido por varios dinosurios, sabía que debía escapar de esas garras. Mientras trepaba a un árbol pensaba ¿cómo?, y se contestaba, enfrentándolos, pero eran muchos y enormes. Que otra opción tenía si quería salvar su vida. En el momento en que iba arrojarse sobre uno de ellos, algo lo sacó de su juego imaginario... algo que llamó toda su atención, por eso despertó a su perrita Maruska que estaba durmiendo sobre la cama del niño.
De un salto los dos se asomaron por la ventana justo para ver caer una luz muy brillante más allá de la casa. Sin pensarlo salió de su habitación tratando de no hacer ruido para no despertar a nadie. Se dirigó hacia la escalera, bajó por ella rápidamente y fue a la puerta trasera de la cocina que da a un parque enorme, lo cruzó con pasos firmes seguido por su fiel amiga.
Al llegar al lugar donde vio caer la luz su emoción fue tan grande como los latidos de su corazón. Se quedó quieto observando con curiosidad y su sorpresa fue tal que exclamó.
-¡Un robot sobre un cometa!
El androide se había bajado de su nave, pues sabía, que no existía peligro alguno. Se acercó al niño lo miró y después de un momento dijo - Hola soy Daiel 5z7. ¿ Y tú como te llamas?.
Al pequeño no le salían las palabras y haciendo un esfuerzo sobrehumano y sin poder creer que hablaba con un robot respondió.
- Mi nombre el Marciel. ¿ De dónde eres?.
- Vengo del planeta Bactor que se encuentra más allá de la luna y el sol.
-¿ A qué has venido a la tierra?.
-Pertenezco a un grupo comando que recorre los distintos planetas, para asegurar la paz y la vida en ellos.
Pero antes que Daiel 5z7 pudiera seguir con su explicación, el niño quizo saber si la nave en realidad era un cometa.
- En verdad es un ave que parece un cometa, su nombre es Flamboyer que significa, "BRILLO SOLAR", cambia de forma y color según al lugar que vamos.
Entonces él desplegó sus alas y las movió de arriba hacia abajo en señal de saludo.
La fascinación de Marciel era inmensa y estaba seguro que nadie le iba a creer su historia.
-¿Te gustaría venir conmigo?.
Le oyo decir a Daiel 5z7. En su rostro se dibujó una amplia sonrisa y entuisiasmado contestó:
-Por supuesto.
Sin perder tiempo se subió , al "ave cometa", iniciando así los tres o mejor dicho los cuatro, porque Maruska también los acompañaba, un viaje fantástico por lugares increíbles.
Desde entonces y cada vez que el niño no puede dormir, el robot y su ave cometa Flamboyer vienen a su rescate no solo para seguir descubriendo y asegurando la paz de nuevos mundos, sino con la misión de alimentarle su imaginación por siempre.
- Mi nombre el Marciel. ¿ De dónde eres?.
- Vengo del planeta Bactor que se encuentra más allá de la luna y el sol.
-¿ A qué has venido a la tierra?.
-Pertenezco a un grupo comando que recorre los distintos planetas, para asegurar la paz y la vida en ellos.
Pero antes que Daiel 5z7 pudiera seguir con su explicación, el niño quizo saber si la nave en realidad era un cometa.
- En verdad es un ave que parece un cometa, su nombre es Flamboyer que significa, "BRILLO SOLAR", cambia de forma y color según al lugar que vamos.
Entonces él desplegó sus alas y las movió de arriba hacia abajo en señal de saludo.
La fascinación de Marciel era inmensa y estaba seguro que nadie le iba a creer su historia.
-¿Te gustaría venir conmigo?.
Le oyo decir a Daiel 5z7. En su rostro se dibujó una amplia sonrisa y entuisiasmado contestó:
-Por supuesto.
Sin perder tiempo se subió , al "ave cometa", iniciando así los tres o mejor dicho los cuatro, porque Maruska también los acompañaba, un viaje fantástico por lugares increíbles.
Desde entonces y cada vez que el niño no puede dormir, el robot y su ave cometa Flamboyer vienen a su rescate no solo para seguir descubriendo y asegurando la paz de nuevos mundos, sino con la misión de alimentarle su imaginación por siempre.
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